domingo, 12 de abril de 2009

OJOS



Pasan los minutos. La gente también, pero tu cara no aparece por ningún lado. Será mejor que me vaya, entraré en el bar de la esquina. Tal vez te vea llegar corriendo, asustado ante la posibilidad de no encontrarme. En el bar no hay casi nadie, sólo algunas parejas y dos hombres frente a botellas de cerveza pese al frío. Uno de ellos se te parece, aunque es más viejo. ¿Vos también me verás en todos lados?

Viene el mozo y le pido otro café. Se aleja y siento pena por él: quizá nadie lo espera como a vos. Sospecho que siempre te gustó desperdiciar las cosas. Vuelve el mozo con el café y me sonríe. Le devuelvo la sonrisa. Es una lástima que nadie lo espere —sé que nadie lo desea ni lo extraña—.Tomo el café a sorbos, está muy caliente. Me reconforta mientras te espero.

Pasan las horas. Vi veinte caras como la tuya, y el corazón me dio vuelcos cada vez. El mozo vuelve preguntándome si quiero algo más, le respondo que sí, que quiero otro café. Y enseguida me trae un café humeante. Presumo que le han puesto algo al café. Tal vez haya sido el mozo mismo, porque cada vez que se me acerca lo encuentro más atractivo. Veo que me sonríe abiertamente. Sus labios son tan sensuales, su piel oscura parece tan suave, que no puedo dejar de devolverle la sonrisa. Hace rato que dejó de traerme los tickets. El bar está muy lleno ahora, y puede servirme gratis el café sin que nadie lo note. Ya es de noche y todavía no apareciste. Empiezo a perder las esperanzas de que te acuerdes de mí.

El mozo vuelve a decirme que se va, y si puede cobrarme. Me mira directo a la cara. Cuando le doy la plata sus dedos rozan mi mano. Cierro los ojos para apreciar más la sensación. Veo su sonrisa y me encanta. Se va. Yo me levanto, me pongo el saco y camino hacia la puerta. Mientras abro, me doy vuelta y encuentro sus ojos dulces, voraces. Sin hablar, me lleva de la mano. Me gusta su silencio, me gusta sentir el calor de su cuerpo. Subimos a un colectivo. No sé cuál es, ni me importa. Su mirada es lo único que puedo ver. Por un momento siento que me olvido de algo, algo que tenía que hacer, pero no logro recordar qué. Igual ya es tarde, estoy con él y no quiero estar con nadie más que con él. Me mira y me traspasa con esos ojos. Y su sonrisa… Es como si estuviera hipnotizándome. Es hermoso. Sin soltarme ni un segundo me lleva al final del colectivo, toca el timbre y bajamos. Me arrastra hasta no sé dónde. Sólo siento su mano y veo sus ojos. De repente estoy en una cama, con su cuerpo cálido en mí, y sus besos son fuertes, poderosos. Sus caricias son las mejores que me hayan hecho. Y lo más excitante es que no lo conozco, ni siquiera sé su nombre. Él sí me conoce, sabe lo que me gusta y cómo me gusta. Ansiosa, veo furia en su ardor. Me dejo llevar por el placer que me provoca. Siento sus dedos en mi cuello. Me cuesta respirar. Ahora veo la locura en su sonrisa. El aire no entra en mis pulmones porque él me lo impide. Pero no puedo resistirme, se siente demasiado bien. Su lengua humedece mis ojos cerrados y en ese momento paso al otro lado.

4 comentarios:

Ricardo Fasseri dijo...

Espectacular! me encantó el relato! Genial!

Se me atravesaron varias cosas durante.

Una, escucháste las letras de Rita Lee?

Segundo, buscate una canción vieja de Caetano que se llama "Vera Gata". Conoce una chica mientras espera el omnibus... Una verdadera gata. Sólo te adelanto una parte y en español para que la entiendas: "...y tuvo que ser rápida la transacción pues ya nos llamaba el omnibus, omnibus!

Lo último, te pusiste el saco? vos mujer?

Repito, excelente el relato. Escribí con esa onda, es genial! Podés inclusive hasta jugar con los sexos, con la incognita de los sexos de las partes. Aunque a mi me gusta esta, la más clara, la de la mujer y hombre y como vos trasmitis desde lo femenino felino.

Natalia, la capricorniana alegre dijo...

Qué bueno que te gustó el cuento. Es viejo, estoy tratando de recuperar mis relatos perdidos en el tiempo. Una amiga tiene algunos.

Casi siempre me salen de ese estilo. Me cuesta un poco la perspectiva masculina, me sale muy "de chica".

Más vale que uso saco! O campera o lo que haga falta. El saco es un aprenda unisex.

Ricardo Fasseri dijo...

Buenísimo. No lo tenía al saco como algo femenino.

Con respecto al trema de los sexos, a mi me gusta así, desde la chica como lo contás. Por eso te hablaba de Ritaa Lee. Yo levanté un post sobre una canción reciente que se llama amor y sexo, y dice la diferencias de una forma muy sutíl.

Pero lo más interesante tal vez sea que veas el primer disco de ella, donde está lanza perfume, que creo que levanté algo también de ese tema. Allá es una droga liviana que se usa para alucinar, y ella alucina con un chico... es genial, solo que aquí se la entendió como música de carnaval boluda... Ella pira con el pibe y el lanza!

REcuperá esos textos, te sale muy bien Vera Gata!!
Ah, sabés? cuando te dije ese tema, no tenía en cuenta que habías puesto una gata en la foto! mirá lo que es la libre asociación...

Natalia, la capricorniana alegre dijo...

Similar minds think alike...

Tengo un albúm remixado de Rita Lee, nada más y está bueno. A pesar de mi ascendencia portuguesa, mi conocimiento del idioma es bastante básico. Si tengo la letra escrita entiendo todo, de oído me cuesta bastante.